Éramos,
conquista de la oscuridad
por miedo a nuestros fantasmas,
hacíamos cosquillas al miedo
para que no se durmiera al filo de nuestra cama,
buscábamos que la sonrisa nunca fuera extraña
a la complicidad de nuestros ojos,
éramos eso,
eso era,
pretérito imperfecto,
pero dentro de aquella historia,
siempre
presente perfecto.