Fotografía( Pinterest)
Que la solución no sea que la tristeza se lave las manos para no doler,
que no metamos la cabeza bajo tierra cuando haya que gritar a pleno pulmón,
que no ignoremos una lluvia de culpas entre murmullos,
que no olvidemos en un abrir y cerrar de ojos,
que demos la cara ante un injusto silencio,
que no haya gritos de un día después
sin soluciones para siempre,
que no veamos un túnel negro con una tenue luz al final de un acoso,
que no la tengamos que buscar debajo de la cama para que nos guíe lo que perdimos,
que las huellas que nos inviten a caminar no nos lancen anzuelos para llegar a un inesperado final,
que siempre nos empape la esperanza
y no el agua vertida por tres lágrimas de odio escondido,
que no nos volvamos almas tristes sin soluciones posibles,
que volemos para salvar todas estas líneas y demos rienda suelta a los sentimientos que tenemos dormidos todos en nuestro corazón,
que no sea un insignificante punto negro que nos de con la puerta en nuestra dignidad,
que seamos fuego para girarnos y corregir tanto error sin alarma,
que esta batalla la ganemos en su nombre
y en el de tod@s los que no se pudieron abrazar a una solución humana, dentro de una anacrónica valoración judicial.