«De todo lo fugaz de mi vida,
tú eres lo único que llegará a ser eterno»
Nominaré cada una de nuestras neuronas
por ganarse todos los días el premio de una sonrisa y el amor incondicional de todos los músculos de un cuerpo,
esta es esa sonrisa boba que me adorna cuando te leo entre líneas
y acierto a cogerle el sentido que posiblemente no tenga,
esta que nos une es la cuerda de atar sin ella,
desperdiciando nuestros cinco sentidos en este gustoso silencio a gritos,
en esas dos miradas que dejaron de decir al resto lo que reservaron para nuestra complicidad,
pisando campos minados de dudas con ternura libre de tensiones nos cansamos de oscilar y nos dejamos caer suaves en el vacío de la huida,
somos quedarse en este corto al que siempre lleva la falta de tiempo a favor del nosotros
como este breve que nos deja sabor de casi perfecto con el matiz justo de la atracción imperfecta,
para siempre seremos lealmente nuestros,
y esto morirá fielmente tu(yo)
sin que nadie entienda,
nos tendremos en común a tontas y locas entre tanto cuerdo privado,
para sonreír a lo sencillo de una atracción silenciosa al final de una sonrisa,
de un instante abandonado al cuidado de un abrazo
que hizo nuestra pequeña historia
la más grande de nuestro mundo.