Que no te duela lo que te hicieron perder,
si no lo que dejaste de hacer para poder ganar
A veces,
después de conseguirlo
aparece el fantasma de una paradoja,
a veces,
puede que al final
el resultado sea lo más importante de un momento pero lo menos determinante de una vida,
a veces,
después de saborear el chicle de fresa de la victoria,
se endurece con sabor a nada
para masticarlo sin ritmo ni ganas
bajo el único pensamiento de escupirlo
lo más lejos posible,
a veces,
en el después,
nada es tan satisfactorio como parece,
perdemos más para ganar menos,
a veces,
la euforia de la victoria son instantes de humo sin fuego para que los restos laureados que queden sean el efecto prolongado de los pasos
perdidos para poder ganar,
los que dimos a pesar de,
los que no dimos para llegar a…