BIRDY +RHODES. LET IT ALL GO
No había nada más maravilloso que nuestro cómplice silencio hasta que se convirtió en el arma idónea para poner distancia y abrir un insalvable abismo…
Somos dos rotos intentando buscar la pieza que encaje para reconstruirnos y parecer nuevos,
sin dejar entrar,
sin conseguir salir,
a cuestas con crueldades y honestidades luchando para ver quién gana,
sin que nos cedan el paso con una tregua,
sin ni siquiera esconder nuestras propias mentiras y las que nos comimos a medias,
sin hacer del daño una excusa para ser peor,
dos buscando la comprensión de lo incomprensible,
la razón de nuestras emociones,
el aliento para romper distancias,
la complicidad para encontrar el momento,
fuimos juntos hasta el casi,
pero nunca llegan dos si uno no quiere,
y te veo quedarte,
olvidar que nos unió lo que nos machacó antes,
que en lo aleatorio de esta vida coincidimos en el instante justo,
fuimos iguales en el fondo,
y ahora pido que lo recuerdes,
que no consientas que nos ganen las formas superficiales,
que mires las paredes que derribamos,
los instantes perfectos,
al amor que se movió en medio.
Te admiro hasta la última coma,
te quiero con la primera y última consecuencia,
sin necesidad de averiguar cuánto
hay de cierto en ti,
aunque posiblemente haber rozado la felicidad en algún instante no diga lo suficiente en tu vida para no pasar a ser historia en dos segundos
Y hoy mi nostalgia no es la que busca cerrar mis ojos e imaginarte sonriendo,
ni incentiva mi ilusión por toparme con alguna coincidencia,
es la que ve como me castigas estos días con tu silencio,
como el recuerdo es lo único que comunica ahora nuestras vidas atadas a lo que tú estás sintiendo o queriendo cuando mi intuición ya no ve por donde salir.
Siempre tuve miedo a la exclavitud de las excusas,
a la necesidad que tenemos a veces de creérnoslas para no averiguar lo que no quieres y nunca esperas,
te hablaré con honestidad,
a veces sigo pidiendo deseos a los claros del cielo,
pido que no se haga tan difícil,
que tus palabras no sean los montículos de mi tristeza,
los obstáculos transparentes contra los que de nuevo vuelvo a destrozar cada uno de mis intentos,
no intento ese recíproco dulce que acaba aburriendo a los seres raros,
pido el calor del sol a ratos,
y que corra el aire lo suficientemente rápido para que las excusas que me pones sean verdades mal interpretadas y no mentiras que me creo para que no te vayas.
Con el enfoque perfecto o con absoluto desacierto, honestamente sólo te pido,
no me mientas,
vete si la solución es huir,
pero vuelve,
quiero verte volver.
A oscuras se queda esa parte de roto a la que nada le gustaría menos que bajarte de mi leal admiración que es lo que se me está escapando,
porque querer, querer,
te querré para siempre.