Que insignificante es la inmensidad del mar cuando amaneces vacía de ganas,
que cortos se quedan los cariños cuando se olvidan las palabras,
cuando el silencio pierde la complicidad,
cuando amar es un infinitivo sin ninguna función en esta frase,
que triste querer menguar distancias y que nunca llegues,
que aquella mirada te hiciera aspirante sin opción antes de conocerte,
que los objetivos se despierten subjetivos deshaciéndose en instantes cortos.
Qué pequeña es la gente cuando se aleja,
como influye la distancia en la perspectiva,
como se difumina una cara en el recuerdo,
como permanecen presentes los daños,
como se oscurece la verdad a la sombra de mentiras a medias y excusas sin el hilo de la efectividad,
como el tiempo cambia las letras de las promesas,
hace del sí, no,
del yo, ¿quién?
del tú, un extraño.