Ojalá se te rompa la sonrisa en mil pedazos la próxima vez que apuntes al cielo de otro,
ojalá no pringues con tus pegajosas artes lo dulce en una piel sensible,
ojalá no disfraces con miradas tiernas al insensible que ríe debajo grotesco,
ojalá no sucumban a tus medias mentiras pensando que son verdades completas,
ojalá esas palabras que te fluyen tan fácil te las pienses dos veces antes de que a la primera te las crean,
ojalá no pensar en nadie te pida responsabilidades a la vuelta de los años,
ojalá te quedes vacío de excusas con las que adornar desinflados intereses,
ojalá tanto hecho sostenido con tablas y cordel encima de ese precipicio se te caiga en el presente para que nadie lo atraviese pensando en un posible futuro,
ojalá no rompas cada uno de los ojalá a de otro sin sentirlo,
ojalá escupas al cielo y te tengan esperando a que se te caiga encima,
ojalá se te haga jirones la conciencia y no encuentres consuelo en otro parche temporal,
ojalá el sentirlo propio te haga no volver a hacérselo sentir a otro ajeno.
Ojalá te sea fácil, que ya vendrá lo difícil,
ojalá te vaya bonito, que llegará lo esperpéntico
ojalá te siga sobrando todo porque llegara el día en que te sabrá a poco.